Primera relación sexual
Tengas o no relaciones sexuales, la sexualidad forma parte de ti. Sentir y conocer tu cuerpo y desarrollar tu capacidad sexual son necesidades básicas en la adolescencia. Sin embargo, aunque la sexualidad es algo natural y hoy en día el sexo está en casi todas partes, muchas chicas aún consideran el sexo como algo vergonzoso de lo que cuesta hablar abiertamente con las amigas e incluso con su pareja.
Cuando decides tener una primera relación sexual, el poder hablar sin trabas con tu pareja, de lo que esperas, de las dudas que tengas, del método anticonceptivo, del sexo seguro, etc., es fundamental. Nunca te imagines que tu pareja sabe más de sexo que tú y que por tanto ya tendrá claro cómo hacerlo bien.
Una relación sexual implica mucho más que la pura relación con penetración (coito), implica gozar y sentir plenamente con todas las posibilidades que nos ofrece nuestro cuerpo. La penetración es sólo una parte del contacto sexual. Besar a una persona que te gusta, abrazarla, tocarla o acariciarle el cuerpo (y que la otra persona haga lo mismo) son diferentes maneras de tener contacto sexual. Cada pareja debe decidir cómo vive su propia sexualidad que puede ser de un modo muy diferente a cómo la viven otras parejas.
Por tanto, no existen normas ni recetas que te digan qué es lo normal. Tan normal puede ser iniciarse con una relación con penetración, como empezar con otros medios de explorar vuestra sexualidad para conseguir conoceros mejor antes de llegar al coito. Lo importante durante un acto sexual es que expreses exactamente lo que quieres hacer y sepas que en cualquier momento puedes dejar de hacerlo. El sexo sólo es divertido si ambos están de acuerdo en lo que hacen, nunca hagas nada que no te apetece por imposición de tu pareja.
Tampoco hay una postura "mejor" para las primeras veces ni recetas para conseguir el famoso orgasmo. El orgasmo es el momento de descarga de la tensión sexual, es una sensación que se experimenta tanto física como psíquicamente. En general produce gran placer y suele durar pocos segundos, en los que se pueden sentir involuntarias contracciones de los músculos de la zona genital, y una gran tensión en todo nuestro cuerpo, seguida por una intensa sensación placentera y una fase de relajación. El orgasmo varía de unas situaciones a otras, y en función de las circunstancias físicas y psicológicas, por lo que no todos los orgasmos son iguales ni siempre se consiguen de la misma forma.
Anticoncepción y adolescencia
Para vivir una sexualidad en la que puedas gozar del sexo sin temores, es muy importante que te informes bien y de forma contrastada sobre los métodos anticonceptivos. Éstos tienen como fin evitar el embarazo. Existen una gran variedad de métodos para la mujer que actúan con mecanismos muy diversos y otros exclusivos para el hombre. Lo importante de un método anticonceptivo es que sea efectivo, y la efectividad depende mucho del correcto uso que se haga del mismo.
Decidir qué tipo de anticonceptivo es el más adecuado para cada mujer no es fácil, ya que cada anticonceptivo tiene sus ventajas e inconvenientes. Además un método anticonceptivo adecuado en una situación puede dejar de serlo en otra nueva, como por ejemplo si cambias de pareja. Siempre es mejor que un profesional de la salud (ginecólogo, centro de planificación familiar o médico de cabecera) te ayude a decidir cuál es el mejor método anticonceptivo para ti.
En general, en las primeras relaciones con penetración están recomendados primordialmente los métodos de barrera, principalmente el preservativo. El preservativo masculino es una funda muy fina, elástica y resistente que se coloca sobre el pene, cuando está erecto, siempre antes de la penetración. El preservativo femenino es menos conocido y se usa menos, tiene forma cilíndrica y es tan fácil de introducir como un tampón. Ambos tipos de preservativo pueden ser de látex y de poliuretano.
El preservativo protege frente al embarazo y frente a las infecciones de transmisión sexual. Si se usa siempre, de forma correcta y siguiendo las instrucciones alcanza una efectividad del 98-99%. Hay que usarlo en todos los días del ciclo (incluso durante la menstruación) y siempre que haya penetración. Se debe poner antes de la penetración, no sólo en el momento de la eyaculación. Además se puede usar otro método asociado al preservativo, como por ejemplo la anticoncepción hormonal, asegurándote así casi el 100% la eficacia frente al embarazo no deseado y frente a las infecciones de transmisión sexual.
La anticoncepción hormonal es otro método anticonceptivo adecuado para la adolescencia. Actualmente se puede usar en forma de píldoras, parches o anillos vaginales. Están compuestos por hormonas que impiden que se produzca la ovulación. Sin embargo debes tener en cuenta que no protege frente a las infecciones de transmisión sexual.
En el caso de una relación no protegida o si se sospecha un fallo del método anticonceptivo habitual (como por ejemplo si se rompe un preservativo o queda retenido en la vagina), se debe realizar una anticoncepción de emergencia. En la actualidad existen dos métodos: la píldora del día después o la inserción de un dispositivo intrauterino (DIU) antes de que hayan transcurrido 5 días de la relación sexual, si bien en la adolescencia es más recomendable el primer método.
La píldora del día después (también llamada anticoncepción de emergencia o anticoncepción poscoital) consiste en tomar una píldora después de un coito sin protección para prevenir el embarazo. No es abortiva ya que no interrumpe un embarazo establecido. Tiene una eficacia de un 80%, evita 7 de cada 8 embarazos. Lo ideal es comenzar a tomarla antes de que transcurran 48 horas desde el momento del coito de riesgo, pero si es necesario, se puede tomar incluso hasta 5 días después. Sin embargo, cuanto más pronto se tome la píldora, mayor será su eficacia por lo que se recomienda tomarla lo antes posible.
Actualmente, es un fármaco que se vende en las farmacias, y no hace falta receta médica para comprarla. Recuerda que la píldora del día después es un método de uso ocasional y en ningún caso puede sustituir a los medios habituales de anticoncepción.
Sexo seguro
Tu salud sexual no pasa sólo por evitar un embarazo no deseado, sino también por evitar las conductas de riesgo que aumentan la posibilidad de contraer una infección de transmisión sexual (I.T.S.). Actualmente se considera que hay más de 30 infecciones de transmisión sexual. Evidentemente la más peligrosa sigue siendo el SIDA (virus de la inmunodeficiencia humana), aunque no podemos olvidarnos de la gonorrea, las hepatitis, el herpes, la sífilis y las chlamydias, que son infecciones que también pueden causar trastornos importantes.
Utilizar siempre el preservativo, en las relaciones con penetración, en las relaciones sin penetración en las que el semen contacte con la vagina, en el sexo oral y en el sexo anal, es la primera arma para prevenir las infecciones de transmisión sexual además de, como ya hemos comentado, protegerte del embarazo no deseado.
Está demostrado que si inicias precozmente las relaciones sexuales presentas mayor riesgo de contagio de I.T.S. o de un embarazo no deseado. Sin embargo, no hay una edad fija a partir de la que una mujer puede empezar a mantener relaciones sexuales con seguridad. Mientras estés bien informada sobre anticoncepción y sexo seguro puede ser cuando tú lo desees y te sientas preparada. Tan normal es empezar muy joven como mujeres que deciden mantenerse vírgenes hasta tener una pareja estable o casarse, e incluso algunas que deciden no mantener relaciones sexuales nunca.
También está demostrado que tener múltiples relaciones (tú o tu pareja) aumenta el riesgo. Por ello es muy importante conocer la vida sexual de la pareja. Debes poder hablar con tu pareja sobre las relaciones sexuales en el pasado o si tiene otras relaciones en el mismo momento y también si ha tenido algún antecedente de infección de transmisión sexual o de uso de drogas intravenosas. Con esta información podrás valorar el riesgo de la relación y decidir que precauciones tomar.
Por último debes saber que el ginecólogo es el mejor aliado para cuidar de tu salud sexual. Si tienes relaciones sexuales debes hacerte una revisión ginecológica cada año, pero también es aconsejable acudir al ginecólogo en el momento, o antes, de iniciar las relaciones sexuales, fundamentalmente para informarse de los métodos anticonceptivos. Además esta primera visita es una buena oportunidad para preguntar cualquier duda que te preocupe relacionada con el sexo seguro o con tu propio desarrollo sexual.
Artículo revisado por El Comité Médico de Salud de la Mujer Dexeus - Fundación Dexeus Salud de la Mujer.